domingo, 25 de marzo de 2012

Lluvia y vendabal.

Me dí un respiro, cogí aliento y volví a hacerlo, me volvía a pesar cada hora, pastillas, vómitos y eso eran razones para olvidar el daño del mundo.
A lo mejor es que ya no veia puertas abiertas, los pasos se perdian, los látidos paraban y yo, yo me obsesionaba por ser más superficial que nadie.
No tengo ningún problema, lo que yo creo, es que mi corazón está vacio, no bombea sangre, bombea miedo, intenta bombear el mundo y al final se encuentra con obstáculo.
Quizás me autodestruya por campasión o porque he perdido las cuerdas que me manejaban, no sé, es que la felicidad se comvierte en ganas de alejarte, de perderte, de que alguien te de la razón.
Yo quiero seguir siendo yo, yo quiero verme bien, quiero gritar sin miedo, llorar con ansia, reir con ganas.
Puede que nunca encuentre mi lugar, o puede que mi camino ya lo haya elegido.
Lo que me da miedo es no arrepentirme.
Que la luna me mire asustada.
Que el sol no me quiera.

lunes, 12 de marzo de 2012

Ayer, esto, era toda mi vida.

Quizás no estás usando la vida.
Y eso, eso retumbaba en mi cabeza, ¿por qué nunca pude conseguir nada por mi cuenta? Entonces empecé deje al lado, la chica buena, la que queria con locura a su familia, la que se quería.
Cada mañana me arrodillaba enfrente del retrete, y el mal salia, salia con el impulso de mis dedos, sujetaba mi pelo y seguia, hasta que no quedara nada, hasta que los nudillos se llenaran de fuego, hasta que mi garganta gritaba "PARA", así cada día, y poco a poco fueron las tardes, y luego las noches y finalemnte cada alimento que rozaba mi paladar.
Fotos, blog, lloros, vómitos, miedo, ansiedad, odio, rencor, humillación; durante 5 largos meses, lo llevé sola, a cuestas, pensando en que yo era como todos, que todos hacian como yo que solo imitaba al resto.
Pero es que la sociedad está desequilibrada, yo lloraba por comer, y al otro lado del mundo lloraban por no comer.
Y como suelen decir solo se encesita voluntad y ahí estoy manteniendome, sin mareos solo con odio.
Es duro, fuerte e invencible; es crónico.

Pero es que el que juega con fuego se quema.